lunes, 17 de noviembre de 2014

El cerebro nunca pierde su lengua materna

El cerebro nunca pierde su lengua materna

Un estudio con niños chinos adoptados en Canadá demuestra que su cerebro sigue respondiendo a la lengua materna aunque salieran de su lugar de origen en los primeros meses de vida y no hayan vuelto a practicar su idioma.  
El experimento se hizo con niñas de origen chino adoptadas en Francia
El experimento se hizo con niñas de origen chino adoptadas en Francia - Foto James Clim (Flickr, CC)
(vozpopuli.com). La lengua con la que nos criamos desde pequeños configura nuestras representaciones del mundo y nos marcará a lo largo de nuestra vida, pero ¿qué pasa con aquellas personas que pasan solo unos meses de su vida en un lugar y después se trasladan a una cultura distinta? Para conocer la respuesta el equipo de Lara J. Pierce ha puesto en práctica un curioso experimento que se publica este lunes en la revista PNAS.
El trabajo ha consistido en analizar la actividad cerebral de 48 niñas de entre 9 y 17 años que nacieron en China pero fueron adoptadas por familias del área francófona de Canadá cuando eran pequeñas.  En concreto, los investigadores hicieron las pruebas con tres grupos: el de control, con niños nacidos en Francia y monolingües en francés; un grupo de niñas adoptadas por familias francesas cuando tenían alrededor de un año que han olvidado el chino por no practicarlo; y un grupo de niñas adoptadas que mantienen el idioma materno y hablan con fluidez tanto chino como francés.
Lo que muestran las resonancias magnéticas funcionales de sus cerebros es que los grupos de niñas chinas tienen unos patrones de actividad similar cuando se les habla en chino que no aparece en los niños que solo hablan francés. En concreto, los cerebros de las niñas francesas muestran actividad en la zona de la circunvolución temporal superior izquierda mientras que en los niños franceses se activa la circunvolución derecha. Los investigadores creen que esto sugiere que el idioma al que nos exponemos durante el primer año de vida tiene un estatus especial en el cerebro. 
El cerebro, argumentan, posee una plasticidad sorprendente y y parte de esta habilidad puede consistir en retener información potencialmente útil para usarla en el futuro. Es posible, concluyen, que los beneficios de conservar estas representaciones mentales en la lengua materna - que pueden ayudar a entender sonidos complejos en su lengua - sean mayores que los costes de mantenerlo. En cualquier caso, es la primera prueba neurológica seria de que la lengua materna deja una huella duradera en las personas aunque luego se pierda esta lengua y la persona solo fuera expuesta durante los primeros meses de vida. 

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