Posiblemente haya mucho de repetición en este vídeo. Quizás largas sesiones de ensayo y error. Unos cuantos vasos rotos por el camino y bastante ‘psicología felina’. Pero no he podido resistirme, el minino protagonista de la pieza tiene más malas artes que el gato de James Bond y del Inspector Gadget juntos. ¡Los persas lo llevan en sus genes!
Su dueña lo ha grabado jugueteando encima de la mesa del salón. Su primera ‘víctima’ es el mando a distancia que cae como fruta madura tras un enérgico movimiento de pata. Lo mejor viene después.
El micifuz centra su mirada en un pequeño vaso, que poco a poco, acerca al borde. En ese momento, un “NO” desesperado parece frenar sus malvadas intenciones. Nada más lejos de la realidad. Después de una paradiña fúbolistica (con más frialdad que Messi en el punto de penalti), el felino activa de nuevo su garra y golpea sin remordimientos el cubilete de cristal.
Su dueña lo ha grabado jugueteando encima de la mesa del salón. Su primera ‘víctima’ es el mando a distancia que cae como fruta madura tras un enérgico movimiento de pata. Lo mejor viene después.
El micifuz centra su mirada en un pequeño vaso, que poco a poco, acerca al borde. En ese momento, un “NO” desesperado parece frenar sus malvadas intenciones. Nada más lejos de la realidad. Después de una paradiña fúbolistica (con más frialdad que Messi en el punto de penalti), el felino activa de nuevo su garra y golpea sin remordimientos el cubilete de cristal.
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