(AP) Una niña de 12 años cayó el jueves desde una altura de 14 pisos por el interior de la chimenea del edificio donde vive en Manhattan, hasta aterrizar casi intacta en un montón de hollín.
Grace Bergere, a quien le gusta tocar la batería en un grupo de rock, permanecía en el hospital el sábado debido a una lesión en la cadera.
El montón de cenizas y polvo en el que cayó, de dos pies (61 centímetros) de profundidad, probablemente le salvó la vida, actuando como cojín cuando Bergere aterrizó sobre el horno del sótano del edificio, dijeron los bomberos.
Los equipos de emergencia dijeron que el accidente ocurrió cuando la pequeña mostró a una prima que la visitaba desde California las espectaculares vistas de Nueva York desde el tejado de su edificio en el barrio de West Village.
Para llegar hasta el punto más alto del tejado, Bergere subió por una escalera de más de siete metros (25 pies) que lleva hasta la entrada de la chimenea. La niña cayó por esa entrada y se vino abajo por el estrecho humero hasta llegar al sótano.
"Probablemente cayó de cabeza y aterrizó por la espalda", dijo Simon Ressner, del equipo de bomberos.
Mientras su padre gritaba su nombre, los bomberos abrieron una puerta de metal al final del humero, preparándose para encontrarse con un cuerpo sin vida.
Pero de repente la pequeña mano de Bergere apareció entre el hollín.
"Salté hacia atrás", dijo Ressner a los periodistas el viernes. "No esperaba encontrarme con nadie vivo al final del humero así que me quedé muy sorprendido", explicó.
Cuando los bomberos sacaron a la niña, la pequeña estaba totalmente cubierta de cenizas, sólo quedando visibles los ojos y la boca.
"Es un milagro. Es un milagro absoluto", exclamó su padre, Steve Berger, un guitarrista de jazz.
La pequeña hablaba con las visitas y veía televisión el sábado desde su habitación en el centro hospitalario Bellevue pero aún sentía dolor. Los doctores dijeron que se encuentra en condición estable.
Grace Bergere, a quien le gusta tocar la batería en un grupo de rock, permanecía en el hospital el sábado debido a una lesión en la cadera.
El montón de cenizas y polvo en el que cayó, de dos pies (61 centímetros) de profundidad, probablemente le salvó la vida, actuando como cojín cuando Bergere aterrizó sobre el horno del sótano del edificio, dijeron los bomberos.
Los equipos de emergencia dijeron que el accidente ocurrió cuando la pequeña mostró a una prima que la visitaba desde California las espectaculares vistas de Nueva York desde el tejado de su edificio en el barrio de West Village.
Para llegar hasta el punto más alto del tejado, Bergere subió por una escalera de más de siete metros (25 pies) que lleva hasta la entrada de la chimenea. La niña cayó por esa entrada y se vino abajo por el estrecho humero hasta llegar al sótano.
"Probablemente cayó de cabeza y aterrizó por la espalda", dijo Simon Ressner, del equipo de bomberos.
Mientras su padre gritaba su nombre, los bomberos abrieron una puerta de metal al final del humero, preparándose para encontrarse con un cuerpo sin vida.
Pero de repente la pequeña mano de Bergere apareció entre el hollín.
"Salté hacia atrás", dijo Ressner a los periodistas el viernes. "No esperaba encontrarme con nadie vivo al final del humero así que me quedé muy sorprendido", explicó.
Cuando los bomberos sacaron a la niña, la pequeña estaba totalmente cubierta de cenizas, sólo quedando visibles los ojos y la boca.
"Es un milagro. Es un milagro absoluto", exclamó su padre, Steve Berger, un guitarrista de jazz.
La pequeña hablaba con las visitas y veía televisión el sábado desde su habitación en el centro hospitalario Bellevue pero aún sentía dolor. Los doctores dijeron que se encuentra en condición estable.
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